San Crisanto
Una playa idílica llena de palmeras
En algún momento de nuestro estresado ir y venir es necesario relajarnos, darnos espacio de conocer experiencias lejos del bullicio de la ciudad o de la ajetreada vida. Para eso, no hay mejor lugar que el pequeño puerto de pescadores, San Crisanto.
A poco menos de hora y media desde Mérida o menos de una hora desde el puerto de Progreso por la carretera costera se encuentra este espectacular lugar. Aquí vas a poder disfrutar de bellísimos atardeceres, o paisajes de cientos y cientos de palmeras de coco flanqueando el camino.

Parte del encanto de San Crisanto es que no hay bullicio y llegan pocos visitantes, así que sus playas son prácticamente vírgenes. Tienes casi 3 km de extensión de paradisíacas playas, con hermosos colores y espectaculares aguas.
Cocos todo el año
La pesca y producción de coco son las principales actividades de San Crisanto. Todo el año se producen cocos, de los cuales se elaboran deliciosos dulces típicos de la zona como el pastelito de coco o las cremitas de coco,
absolutos manjares. Pero eso no es todo, igual elaboran aceites, cosméticos, agua embotellada y como todo es aprovechado, hasta leña extraen.
Poquitos metros antes de entrar a San Crisanto tienes la oportunidad de rentar encantadoras cabañitas a la orilla de la playa.
Imperdible es el visitar los manglares, un recorrido de aproximadamente hora y media donde puedes maravillarte la vista con la naturaleza y echarte un chapuzón en un ojo de agua fresca y dulce. Y esto por apenas $60 pesos. No podría ser mejor.

Si lo que buscas es tener tu propia playa apartada de todo, sin lugar a dudas San Crisanto es esa joya que coronará todo tu viaje. Te recomendamos llevar ropa cómoda así como lentes de sol y productos que no dañen el ecosistema. San Crisanto no sólo es un ejemplo de lugar sustentable si no una de las áreas más sensibles al impacto humano. Al ser un pueblo pequeño, es preferible que lleves dinero en efectivo.